sábado, 6 de noviembre de 2010


CRÓNICA DE MIEDO URBANO

Hace cinco años en el parque Belén existió un hombre llamado José Montague, el cual era visto por la población como un hombre muy honorable que se preocupaba por dicho parque. Este santandereano, cuidaba cada detalle de este espacio público manteniéndolo aseado, hermoso y seguro lo que lo hacia ser muy visitado por las familias y personas aledañas a la zona.

Este hombre llamado por los habitantes el Alcalde cívico contaba con el apoyo de la alcaldía y la policía de Medellín quienes hacia caso a sus peticiones en beneficio de la sociedad y el parque, era tan entregado al cuidado de este espacio que en poco tiempo su familia y algunas personas se unieron a su labor por lo que seguían paso a paso su cronograma de actividades como desyerbar y cortar algunas ramas de los arboles de el parque, se apropiaba tanto de la apariencia de este que lo cuidaba como si fuera su casa. 

Pasado unos años José falleció a causa de una enfermedad, cuentan que su entierro fue el mejor ya que mucha gente lo quería por todo lo que hizo por la comunidad, dejando un legado entre las personas que constantemente visitan el parque, adultos mayores, niños y jóvenes. Todavía muchas personas lo recuerdan como un hombre emprendedor y que le cambió la cara al parque Belén con un ejemplo de vida que dejó huellas en este espacio.

Sin embargo, desde este acontecimiento el parque ha venido desmejorando su apariencia notablemente, pues nadie se preocupa por el, a causa de esto han venido asentándose personas que dan mal aspecto a este espacio como indigentes que se apropian de las sillas para dormir en ellas, viciosos, alcohólicos y demás  que lo hacen un sitio con altos índices de inseguridad, presentándose atracos frecuentemente, por lo tanto la población se ve afectada “ a partir de las nueve de la noche no se puede transitar ni estar en este lugar” dice un vendedor ambulante que frecuenta el parque con temor.

Al escuchar a los habitantes referirnos esta historia, percibimos que ha cambiado mucho lo que se pensaba del parque Belén y ellos con temor no los ratifican, este es un miedo que va creciendo, sobre todo por la carencia de la fuerza pública en el espacio, por lo tanto se convierte en una problemática social que no va a disminuir mientras las personas no tengan sentido de pertenencia por el parque Belén.

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